En mi refugio he esperado encontrar la salvación, cuando esta se hallaba en la intemperie… desde la sombras logro ver lo que parece ser una traición, desde las sobras entiendo mas de lo que se me es capas de decir.
¿Por qué? Por que hay que recurrir al silencio para entender… ¡por que no puedo saber lo que quieres de ti mismo! Se me critica por que no soy capas de decirle de frente, por que es mediante terceros… es que acaso se me dejo a mi de su traición? Es que acaso me dijo de su posible ida? NO ES REAL! EL FALLO ES MUTUO!!! Por que me carcomo creyendo que soy el único culpable, cuando fue mi respuesta ante la herida mas profunda que se me ha podido hacer en mis asquerosos años… confiar ciegamente me llevo al dolor, y ahora entiendo mas, pero, ¿mal? O demasiado… que es lo que pasa! Que demonios hay que hacer para poder entenderme, un asesino autodestruyéndose por que no es capas de odiar, tan fuerte es ese amor que me llena? Pareciera que mi vida se hundiese e un hoyo sin un fondo claro.
¿Leerás esto tal y como te has enterado de mis sentimientos? ¿Tal y como yo me enteré de tus acciones? Es hora de hablar… ya no pretendo ignorar.
Superé los días mas extraños de mi vida, con el vacío inexistente pero a al vez presente que abarcaba mi mente, cuando logro una conclusión, veo que el problema era otro, cuando veo una solución, el problema era otro… Ya que sentido tiene llorar en soledad, me has pedido que me abra a ti, yo igual, pero, quien se cerró primero… no es echar la culpa, no me gusta echar la culpa, pero… ¿soy el único culpable? ¿Todo depende de mi? Es atroz ver que depende de las manos de alguien apenas capas de mantener el control de su asesino, sacar al ángel, entender al humano, comprender las mentes que le llegan, apaciguar al que se descontrola… es atroz darle la tutoría a un misántropo con múltiple personalidad… pero, es una muestra de confianza? O de rendición? Responde! Por favor… no lo malinterpretes, no te estoy echando la culpa de lo que me pasa.
Yo quiero seguir… pero no así… no si te hago daño.
¿y tu?
Ahora... de que sirve llegar a estas concluciones... cuadno ninguna solucionará nada... son excusas... eso parecen... para evitarte.
domingo, 8 de marzo de 2009
sábado, 7 de marzo de 2009
Día de Luto
Llegó el día, debía ser una celebración, pero solo veo desaparición. Su rostro, un intercambio de palabras tan vacío como el abismo que una vez sentí… igual de doloroso… pero… menos fuerte.
Era hoy una fiesta, un día de gloria, el cielo más hermoso que nunca, el sol irradiando con pasión, las nubes siempre preciosas… pero aun así, es un día de luto. Luto por aquellos recuerdos que aun perviven, y que son los posibles salvadores de lo bello que una vez fue. Aunque no son suficientes, solo son una guía para elegir, para tener de donde partir, un “¿valió la pena?” a un “¿valdrá la pena?”, todo está siguiendo con sigilo un rumo desconocido, aserrándose al misterio que es nuestro futuro.
Ya la mitad pasa, falta la última, es cuestión de entender, de perdonar, de desatar… de renovar, nunca de repetir. El cambió venidero necesita ser perfecto, o al menos, adecuado, así, no será tan catastrófico, así, de pronto el olvido del rencor quemará lo que a el perdón aún le cuesta, cambiar entonces, es justo una obligación, cambiar, siempre está, pero, inconciente, ahora, el cambió tiene que demarcarse por los sueños que lograrán casar la belleza de nosotros, no podemos vivir amargados, no comprenderemos jamás de que se trata todo, si no lo probamos, no llegaremos a ser alguien, si no superamos.
“…un continuará feliz…”
Era hoy una fiesta, un día de gloria, el cielo más hermoso que nunca, el sol irradiando con pasión, las nubes siempre preciosas… pero aun así, es un día de luto. Luto por aquellos recuerdos que aun perviven, y que son los posibles salvadores de lo bello que una vez fue. Aunque no son suficientes, solo son una guía para elegir, para tener de donde partir, un “¿valió la pena?” a un “¿valdrá la pena?”, todo está siguiendo con sigilo un rumo desconocido, aserrándose al misterio que es nuestro futuro.
Ya la mitad pasa, falta la última, es cuestión de entender, de perdonar, de desatar… de renovar, nunca de repetir. El cambió venidero necesita ser perfecto, o al menos, adecuado, así, no será tan catastrófico, así, de pronto el olvido del rencor quemará lo que a el perdón aún le cuesta, cambiar entonces, es justo una obligación, cambiar, siempre está, pero, inconciente, ahora, el cambió tiene que demarcarse por los sueños que lograrán casar la belleza de nosotros, no podemos vivir amargados, no comprenderemos jamás de que se trata todo, si no lo probamos, no llegaremos a ser alguien, si no superamos.
“…un continuará feliz…”
Suscribirse a:
Entradas (Atom)