Fingir con la mascara que esperé desapareciera, no es lo que deseé, creer salir adelante, poder mostrar con libertad aquellos acosadores sentimientos, era un sueño que me parece aun inalcanzable, ahora, cuando veo repetidos mis temores, solo puedo sufrir.
Fingir con palabras en el fondo tenebrosas, es una mentira de la cual estoy ya harto, nada mas que una acosadora demostración de temor, y, a fin de cuentas, de debilidad; tan solo desearía la verdad, tan solo pido lealtad, no mas estupideces, algo que en verdad valiese la pena mantener. ¿Qué tan difícil es?
Es la hora en que veo como nuevamente se forja un muro a mí alrededor, una cadena de estupideces, guiadas por la cobardía y el miedo, provocando otro disfraz, uno nuevo, uno que en verdad daña; quiero gritar como me siento, dejar de corroer mi mente, de destrozarme a mi mismo, pero no lo consigo, no mientras vea tanta traición de aquellos a quienes les confié una verdad antes confinada en las cavernas de mi mente, hoy tapadas por un derrumbe que quizás, sea yo el único causante.
Si, el odio es un sentimiento capaz de aniquilar de una forma devastadora, la tristeza de desmontar armaduras, y la desesperación solo me llevará a la autodestrucción, tres puntos que, como atalayas, vigilan sin cesar cada uno de mis pensamientos, acechan vilmente mis acciones, y me controlan.
¿Por qué?
Odio estar atado a los sentimientos, esos que impulsan a actuar sin pensar, esos que llevan a la destrucción. Me entristece verme en un estado tan lamentable, siendo que mis sueños caminaban por un sendero contrario. Y me desespera no poder actuar, solo quedarme callado y ver como todo pasa, me desespera aguardar a que algo suceda, a que alguien actúe, pero mas aun, a que yo actúe, y no entiendo por que, por mas que trato, sigo a la espera, sigo sumiéndome a otros, aun no encuentro un impulso suficiente, otro, pues el que tenía ya me falló.
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